Trabajo apoyado por la Fundación Díaz Caneja a través de su programa de residencias Isabel Almansa.


Proyecto Loba es un trabajo de investigación artística que trata de hablar de la relación que lobos y humanos hemos mantenido en la Península ibérica a lo largo de los últimos siglos. Más allá de la pura perspectiva antrozoológica a la que también atiende el proyecto, he recurrido a los documentos guardados en los archivos para saber cómo fue la vida de estos animales y cómo los humanos hemos influido en ella.

El título, Proyecto Loba, nace a partir de una imagen observada en un museo etnográfico. Se trata de una fotografía expuesta donde se ve el cuerpo inerte de una loba, con sus cachorros enganchados a las mamas, rodeados por un conjunto de cazadores, todos ellos hombres, posando para la foto. Esa imagen no solo me impactó sobre la utilización del cuerpo de la mujer en escenarios violentos sino que también me hizo reflexionar sobre la necesidad de un pensamiento crítico en los dispositivos museográficos de carácter etnográfico. El encuentro con una loba criada en cautividad, Elia, cuyo ojo perdió a los pocos años de vida, también me ayudó a decicir el título del trabajo.

En cuanto al proyecto en sí, la idea central, radica en el concepto de exterminio y sus derivaciones. Una violencia sistemática contra esta especie, que ha podido ser apreciada a lo largo de la investigación, es la base que subyace a lo largo de todo el trabajo. A medida que he ido avanzando, me he dado cuenta de lo relacionado que está este concepto con el propio desarrollo histórico. Este proceso puede actuar frente a los hechos de dos maneras: puede ocultarlos y eliminar a la víctima y a su identidad, o puede reescribir el pasado rompiendo la tradición hegemónica histórica.

En este sentido, Proyecto Loba parte del registro de los restos óseos albergados en las colecciones científicas españolas. Encontrarse con el cráneo de un animal, sea o no sea humano, es siempre sobrecogedor, más aún cuando la muerte ha sido fruto de la violencia. Encontrarse con cientos, es obsceno,
hace que te preguntes qué y por qué lo hicimos. Después de fotografiarlos, tocarlos y pasar muchas horas con esta cartografía ósea, creo que he sido capaz de profundizar en alguno de ellos, encontrando información que los une a mi tiempo, creando así una especie de umwelt común entre dos especies en el que un ciclo homogéneo se hace posible gracias a la virtualidad del arte.

A través de la memoria, mi proyecto se interroga acerca de la transformación del exterminio en control. La razón, los avances en ética medioambiental y lógica ecológica,
acabaron, en las tres últimas décadas del siglo XX, con el ansia de la eliminación absoluta, acercándose a un cambio basado en la ejecución de una jerarquía biopolítica o más bien, biogeopolítica. Así, el horror más basto de las numerosas matanzas de lobos se fueron convirtiendo en anulaciones vitales sutiles y estratégicas, nombradas con palabras tales como control poblacional, caza deportiva o de manera ilegal, caza furtiva. Mecanismos de sometimiento hacia un elemento subversivo que supone una grieta en el sistema. La hembras en periodo de celo, gestación o crianza son víctimas también de los controles poblacionales legales que promueven las instituciones.

Lobos y lobas son para muchos un símbolo de lo irreverente, para otros es símbolo del mal, pero para pocos es un sencillo animal con una mente y una cultura compleja que merece vivir su vida ajeno a las políticas humanas.

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