Toda doctrina religiosa se sirve de ciertas frases “emblema” que activan el mecanismo de la fe. Que Dios te bendiga o Todas las cosas son posibles con Dios son ejemplos de mensajes directos al pensamiento del fiel. Sigmund Freud se refiere en su escrito Zur Psychopathologie des Alltagslebens al núcleo de la motivación religiosa como un elemento unido al complejo paterno y por tanto, a la protección. Podríamos decir que la necesidad religiosa tiene su cima en el desamparo.
En el África sub-sahariana la nueva conquista espiritual llevada a cabo en este siglo XXI, ha provocado que el veintidós por ciento de los cristianos se sitúe en este territorio. Dios es aquí la gran esperanza. La extensa cantera de fieles trabajan para Dios igual que para el hombre blanco.
En mi viaje por las las regiones altas de Kenya, encontré una sociedad cristiana conservadora donde la mujer tiene un papel reducido en la comunidad, aunque vital en la familia, ya que ella es la que saca adelante con su trabajo a todos los miembros. Normales son los malos tratos y las vejaciones, habituales los abusos sexuales en un lugar donde el virus del VIH afecta al sesenta por ciento de la población. La religión católica promueve aquí el matrimonio como vía de escape al sida, sin embargo, la fidelidad del matrimonio rara vez es respetada por el hombre.
El movimiento feminista africano no consigue tener un peso en la política ya que, a pesar de ser más conservador que el feminismo blanco o el afroamericano, el STIWANISM ( Social Transformation Including Women in África) pretende incluir a la mujer en la sociedad con un papel importante, no solo como madre sino como elemento activo de la colectividad.
A pesar de ello, en lugares como Kabarnet (Kenya) se están conformando comunidades femeninas que tímidamente luchan por sus derechos ayudándose entre sí, creando micro economías sostenibles capaces de alimentar a muchas bocas  sin necesidad de tener que depender de un solo hombre. Este proyecto recoge los rostros de algunas de ellas.
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